.jpg)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias, Señor amado, por conducirme hasta este instante de silencio, donde puedo entregarte todo lo que soy, todo lo que tengo y todo lo que anhelo. En esta noche bendita, me acerco a ti con un corazón agradecido, reconociendo que sin tu gracia nada de lo que hice hoy hubiera sido posible.
Padre eterno, al caer la noche, siento el cansancio en mi cuerpo y en mi mente, pero también percibo esa paz que solo viene de ti. Hoy quiero elevar mi voz, no para pedir primero, sino para agradecer. Gracias por la vida, por la salud, por mi familia, por los momentos de alegría y también por las pruebas que me ayudan a crecer y me enseñan a confiar en tu plan.
Señor, tú conoces mis debilidades y mis luchas. Tú sabes cuántas veces me he sentido con miedo o he dudado de mí mismo. Pero esta noche quiero recordar tus palabras en Mateo 11:28: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” Hoy me acerco a ti con la certeza de que me recibes con amor y me das el descanso que mi alma necesita.
Padre celestial, envuélveme con tu Espíritu Santo para que mi mente se serene y mi corazón se llene de confianza. Permíteme dormir sin temores, sin preocupaciones que me roben la calma. Quiero reposar en tu regazo como un hijo que se sabe protegido por su Padre.
Señor, te entrego las cargas que hoy me han pesado. Te entrego las palabras que me hirieron, las preocupaciones que me inquietan, las dudas que a veces me confunden. No quiero guardarlas en mi corazón, quiero dejarlas a tus pies. Tú eres mi refugio, mi fortaleza y mi salvación.
Padre amado, te pido que bendigas a cada persona que amo. Protégelos en esta noche, acompáñalos en sus sueños y dales la gracia de despertar con nuevas fuerzas. Que ningún peligro se acerque a sus hogares, que ningún mal les toque. Derrama sobre ellos tu bendición y tu paz.
Señor, también oro por quienes hoy se sienten solos, por los que están enfermos, por los que lloran en silencio. Tú los conoces a todos y sabes cuánto necesitan de ti. Visítalos con tu amor, dales consuelo y renueva en ellos la esperanza de que nunca están solos, porque tú siempre caminas a su lado.
Padre bueno, antes de dormir quiero entregarte mis planes, mis proyectos y mis sueños. Si están dentro de tu voluntad, confío en que tú los harás prosperar. Y si no lo están, te pido que los cambies por caminos mejores, porque sé que tus planes siempre son más altos que los míos.
Señor, quiero descansar sabiendo que me cuidas. Quiero dormir con la certeza de que mañana será un nuevo día lleno de tu gracia. Enséñame a vivir cada jornada confiando más en ti y menos en mis fuerzas, porque solo en ti encuentro la verdadera victoria.
Que esta oración llegue a cada corazón que la escucha, que todos podamos sentir tu presencia viva y experimentar tu paz. Porque, aunque el mundo cambie y los problemas nos rodeen, tu amor es eterno y tu fidelidad nunca falla.
Gracias por esta noche, Señor. Gracias por tu perdón que limpia mi vida. Gracias por tu misericordia que me levanta. Gracias por tu amor que me abraza.
Me duermo en paz, confiando en ti, confiando en que estarás conmigo también al despertar.
Salmo 4:8: “En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.”
Amén.
Te saluda tu canal Señal de Fe, deseándote una noche bendecida y un descanso en la paz de Dios.
Te invito a que en los comentarios escribas: “Señor, confío en ti”, para unirnos en oración y compartir nuestra fe.