Oración de la Noche de Hoy Miércoles 8 de Octubre de 2025

Amado Padre Celestial, en esta noche me acerco a Ti con el corazón lleno de gratitud. Gracias por regalarme un día más de vida, por acompañarme en cada paso, por sostenerme aún cuando sentí que mis fuerzas se agotaban. Gracias por no soltarme jamás, por ser mi refugio en medio del cansancio, y por recordarme, una y otra vez, que tu amor nunca falla.

Hoy, Señor, quiero cerrar mis ojos sabiendo que Tú estás conmigo, que no hay oscuridad que pueda vencer la luz de tu presencia. A veces mi mente se llena de pensamientos, de preocupaciones, de temores… pero en este instante quiero hacer silencio, quiero dejar que tu paz me abrace y que tu Espíritu Santo renueve mi alma.

“En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir tranquilo.” (Salmo 4:9)
Esta palabra me sostiene esta noche, Padre. Porque sé que cuando me dejo en tus manos, el miedo se desvanece y la fe florece.

Padre, hoy quiero entregarte todo lo vivido. Cada alegría, cada logro, cada sonrisa… pero también cada lágrima, cada decepción y cada pensamiento que intentó robarme la calma. No quiero llevar conmigo nada que me pese. Límpiame, Señor, de todo lo que no proviene de Ti. Llévate mi ansiedad, mis dudas, mis batallas internas y todo aquello que no puedo controlar.

Quiero descansar bajo tu presencia, confiando plenamente en que mientras yo duermo, Tú sigues obrando. Sé que estás moviendo cosas a mi favor, abriendo caminos, restaurando lo que se rompió y preparando bendiciones que aún no puedo imaginar.

Padre de misericordia, hoy quiero darte gracias por todo lo que hiciste, incluso por lo que no entendí. Gracias por las puertas que se cerraron, porque me proteges de lo que no me conviene. Gracias por las personas que pusiste en mi camino, y también por aquellas que apartaste, porque confío en que tus planes son mejores que los míos.

En esta noche, Señor, te pido descanso para mi alma. Permíteme soltar el control, dejar de preocuparme por el mañana y recordar que cada día trae su propio milagro. Enséñame a confiar más, a depender de Ti en cada decisión, a vivir desde la fe y no desde el temor.

Te pido también por mi hogar, por cada persona que amo. Cúbrelos con tu sangre preciosa, protégelos de todo mal, y que tu presencia inunde cada rincón de esta casa. Que donde haya preocupación, entre tu paz. Que donde haya cansancio, entre tu fuerza. Que donde haya miedo, entre tu amor.

Jesús amado, si esta noche hay algo que me robe la paz, te lo entrego ahora. No quiero dormir con enojo, ni con tristeza, ni con resentimiento. Quiero dormir liviano, con el corazón limpio, sabiendo que he perdonado y que también he sido perdonado. Enséñame a amar como Tú amas, sin condiciones, sin juicios, sin rencor.

Espíritu Santo, quédate conmigo esta noche. Habla a mi corazón mientras duermo. Si he perdido la esperanza, renuévala. Si me he alejado, tráeme de vuelta. Si me he enfriado, enciende de nuevo el fuego de mi fe. Que mis sueños sean un encuentro contigo, un susurro de tu amor que me recuerde que no estoy solo.

Padre, mañana cuando despierte, quiero hacerlo con una sonrisa en el rostro y una certeza en el alma: que este nuevo día será guiado por Ti. Que nada podrá detener tus planes, que ninguna adversidad podrá vencer mi fe, y que tus promesas se cumplirán en mi vida.

Te agradezco, Señor, por no rendirte conmigo, por levantarme cada vez que caigo, por ser fiel incluso cuando yo no lo soy. Gracias por mirarme con compasión, por sostenerme con ternura y por amarme más allá de mis errores.

Esta noche decido descansar en Ti. No en mis pensamientos, no en mis planes, no en mis fuerzas, sino en tu voluntad perfecta. Porque sé que cuando me abandono en tus manos, encuentro paz, esperanza y propósito.

Padre eterno, que tus ángeles rodeen mi cama y la de todos los que amo. Que ninguna fuerza del mal tenga poder sobre nosotros. Que esta noche sea un refugio de tu amor, y que al despertar pueda ver la evidencia de tu fidelidad una vez más.

Gracias, Señor, por este día, por tu presencia y por tu amor sin medida.
Que todo mi ser te adore, que mi descanso sea una alabanza, y que mi vida refleje siempre tu gloria.

Amén.