
Padre Celestial, en esta noche me acerco a Ti con un corazón sincero, lleno de gratitud y esperanza. Gracias por el día que termina, por cada bendición que me regalaste, por los momentos de alegría, por las pruebas que me hicieron crecer y por la fuerza que me diste para seguir adelante.
Gracias, Señor, porque incluso en los momentos difíciles sentí tu mano sosteniéndome. Cuando pensé que no podría más, me diste nuevas fuerzas; cuando me sentí solo, tu presencia me llenó de consuelo. Eres mi refugio seguro, mi roca firme y mi paz constante.
Padre amado, en esta noche quiero poner en tus manos todo lo que me preocupa. Tú conoces mis pensamientos más profundos, sabes lo que callo, lo que me pesa y lo que temo. Te entrego cada carga, cada herida, cada sueño y cada lágrima. Confío en que Tú estás obrando en silencio, preparando algo hermoso para mi vida.
Dios mío, te pido que entres en mi hogar y llenes cada rincón con tu presencia. Aleja toda angustia, toda oscuridad, todo miedo y todo mal pensamiento. Que tu luz brille en mi habitación y que tu paz cubra mi mente y mi corazón. Quiero dormir sintiendo tu amor abrazándome.
Señor, dame serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, fortaleza para seguir adelante y fe para esperar en tus promesas. Aunque no siempre entienda tus caminos, elijo confiar, porque sé que tus planes son mejores que los míos. Tú nunca fallas, y en Ti encuentro descanso.
Padre de bondad, también quiero orar por quienes hoy necesitan de Ti. Por los enfermos, por los tristes, por los que no tienen trabajo, por los que han perdido la fe. Tócalos con tu mano sanadora, dales esperanza y muéstrales que nunca están solos. Usa mis palabras, mis gestos y mi vida para llevar tu amor a quienes más lo necesitan.
Señor Jesús, limpia mi corazón de toda duda, de todo enojo y de todo orgullo. Enséñame a perdonar como Tú perdonas, a amar como Tú amas y a confiar como Tú confiaste en el Padre. Hazme un instrumento de tu paz, alguien que siembre fe donde haya temor y esperanza donde haya tristeza.
Esta noche quiero agradecerte por tu infinita fidelidad. Gracias porque a pesar de mis errores, me sigues amando con un amor sin medida. Gracias porque no te cansas de escuchar mis oraciones y siempre me das más de lo que merezco. Tu amor, Señor, es mi refugio eterno.
Dios mío, dame un descanso profundo y reparador. Que mis sueños sean dulces, que mi mente se aquiete y que mi espíritu se renueve. Mañana quiero despertar con nuevas fuerzas, con alegría en el corazón y con la certeza de que Tú sigues conmigo.
En esta noche, me abandono completamente en tus manos. Toma mis planes, mis preocupaciones, mis deseos y mi futuro. Haz de mí lo que quieras, Señor, porque sé que tus caminos me llevan siempre hacia la paz.
Gracias por escuchar mi oración. Gracias por estar presente en cada suspiro y en cada pensamiento. Descanso bajo tu manto, confiando en que mañana será un nuevo día lleno de tu amor y de tus bendiciones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.