Oración de la Noche de Hoy Domingo 12 de Octubre de 2025

Padre Celestial, en este hermoso cierre de domingo vengo a Ti con el corazón agradecido. Gracias por este día que me regalaste, por las sonrisas que iluminaron mi jornada, por los desafíos que fortalecieron mi fe y por las bendiciones que quizás no noté, pero que vinieron de tu mano. Hoy reconozco que todo lo bueno proviene de Ti, y por eso, mi alma te alaba.

Señor, esta noche me postro ante tu presencia, buscando tu paz y tu amor. He vivido un día lleno de emociones, decisiones, cansancio y esperanzas. Pero antes de dormir, quiero entregarte todo lo que viví: lo bueno y lo malo, lo que entendí y lo que aún no comprendo. Tú sabes lo que hay en mi corazón, lo que callo y lo que me preocupa. Por eso, dejo todo en tus manos.

Gracias, Señor, por no soltarme nunca. Aunque a veces dude, tú me recuerdas que estás ahí, guiándome incluso en los momentos de oscuridad. Gracias porque en medio del ruido del mundo, tu voz siempre me llama con ternura.

Padre amado, si hoy ofendí, si fallé, si dudé o si mi fe fue débil, te pido perdón. Purifica mi alma con tu misericordia, limpia mis pensamientos y enséñame a perdonar también a quienes me hicieron daño. No quiero cerrar mis ojos con rencor ni con miedo, sino con paz en el alma y esperanza en el corazón.

Dios de amor, protege mi descanso esta noche. Rodea mi hogar con tu presencia y cubre a mi familia con tu manto divino. Que ningún peligro se acerque, que toda ansiedad se disipe y que tu Espíritu Santo habite entre nosotros. Haz que cada rincón de este lugar sea un refugio de paz y fe.

Señor, tú sabes cuánto necesito de Ti. A veces me siento débil, otras inseguro, pero tu palabra me recuerda que en mi debilidad, tu poder se perfecciona. Por eso, hoy te pido que renueves mis fuerzas, que sanes mi mente, que alivies mi alma y que me des la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar.

Padre, también te pido por los que esta noche no pueden dormir, por quienes lloran, por quienes están enfermos, por quienes sienten que no hay salida. Abrázalos con tu ternura infinita y muéstrales que tú sigues obrando, incluso cuando todo parece perdido. Porque tú eres el Dios de los imposibles, el que abre caminos en el desierto y da esperanza al corazón cansado.

Gracias, Jesús, por amarme tal como soy. Gracias por no rendirte conmigo, por levantarme cuando caigo, por buscarme cuando me alejo. En Ti encuentro descanso, propósito y dirección. Eres mi refugio en la tormenta, mi roca firme en medio del caos y mi paz cuando todo se derrumba.

Esta noche, Señor, te entrego mis sueños, mis planes y mis temores. Toma el control de todo. Si mañana hay algo que debo enfrentar, dame valor. Si hay decisiones que debo tomar, dame sabiduría. Si hay heridas en mi corazón, cúralas con tu amor.

Que mi descanso sea profundo y restaurador. Que mis pensamientos sean llenos de esperanza y mi espíritu se renueve en tu presencia. Que mientras duermo, tú sigas obrando en mi vida y preparando bendiciones para el nuevo día que vendrá.

Gracias, Señor, por este domingo que termina. Gracias por tu fidelidad, por tu cuidado constante y por recordarme que no estoy solo. Que tu paz me abrace, que tu luz me guíe y que tu amor me acompañe, ahora y siempre.

En el nombre poderoso de Jesús, declaro que esta noche duermo en tu paz.

Amén.