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Amado Padre celestial, gracias te doy en este martes que comienza, porque me permites abrir mis ojos y contemplar la luz de un nuevo día. Hoy me acerco a Ti con un corazón agradecido, reconociendo que cada amanecer es un regalo divino, una nueva página en blanco donde puedo escribir mi historia bajo tu guía y tu amor. Te entrego este martes, Señor, y lo coloco en tus manos, confiando en que Tú dirigirás mis pasos y ordenarás mis caminos.
Hoy quiero comenzar esta jornada con la certeza de que no
estoy solo. Aunque las pruebas aparezcan, aunque las dudas intenten asomarse a
mi mente, sé que tu voz me recordará que en Ti tengo fuerza, esperanza y
dirección. Padre amado, ayúdame a vivir este martes con propósito, a no dejar
que la rutina me robe la alegría ni que las preocupaciones opaquen mi fe. Que
en todo lo que haga pueda ver tu mano obrando a mi favor.
Señor, dame sabiduría para enfrentar cada decisión de este
día. Que mis palabras sean fuente de paz y que mis acciones lleven tu luz a
quienes me rodean. Si en mi camino encuentro personas con necesidad de ánimo,
permíteme ser un canal de consuelo; si encuentro corazones cargados de
tristeza, que pueda ser un reflejo de tu esperanza; y si me encuentro con
dificultades, que nunca falte en mí la confianza de que Tú me sostienes.
Padre, bendice mi trabajo, mis estudios, mis proyectos y
todo lo que emprenda en este martes. Que todo esfuerzo tenga fruto, que no
falte la provisión en mi vida ni en mi hogar, y que cada paso que dé me acerque
más a las promesas que Tú has preparado para mí. Líbrame del desánimo y del
cansancio, y ayúdame a caminar con perseverancia, porque sé que cada día que
avanzó bajo tu dirección es un paso hacia la victoria.
Hoy también te presento a mi familia y a las personas que
amo. Rodéalos con tu protección, cúbrelos con tu paz y bendícelos en cada área
de sus vidas. Que en sus hogares haya armonía, que en sus corazones haya
gratitud y que en sus mentes reine la confianza en Ti. Padre, que este martes
sea un día de unidad, de amor y de bendición compartida.
Señor, si en este día llego a sentirme débil, recuérdame que
tu poder se perfecciona en mi debilidad. Si en este martes me siento inseguro,
recuérdame que en Ti tengo seguridad plena. Y si en algún momento las cargas me
parecen pesadas, enséñame a dejarlas a tus pies, confiando en que Tú siempre
tienes cuidado de mí.
Gracias, Padre, porque sé que este martes será un día lleno
de oportunidades. Abre mis ojos para reconocerlas, abre mi mente para
aprovecharlas y abre mi corazón para vivirlas con gratitud. No permitas que el
miedo me detenga ni que la duda me frene, porque hoy decido caminar confiando
en tu fidelidad.
Hoy declaro que este martes 16 de septiembre será un día de
paz, de bendiciones y de nuevas fuerzas. Que todo lo que haga lleve tu sello de
amor y que cada palabra que pronuncie glorifique tu nombre. Amado Dios, gracias
por escuchar esta oración y por regalarme la certeza de que nunca me
abandonarás.
En el nombre de Jesús, amén.