Amado Padre Celestial, en este nuevo amanecer me acerco a Ti con un corazón agradecido, porque tu misericordia me sostiene y tu amor me renueva cada día. Gracias por abrir mis ojos a la luz de un nuevo día, gracias por el regalo de la vida, por la salud, por mi familia, por cada provisión que llega a mi mesa y por cada detalle, grande o pequeño, que refleja tu bondad. Hoy reconozco que nada de lo que tengo es por mis fuerzas, sino por tu gracia y fidelidad.
Señor, pongo este martes en tus manos y te pido que seas mi
guía en cada paso que dé. Ilumina mis decisiones, abre las puertas correctas y
ciérrame aquellas que puedan apartarme de tu voluntad. No permitas que mis
planes estén basados en mi orgullo o en mis propios deseos, sino que siempre
pueda caminar bajo tu propósito. Dame la sabiduría necesaria para enfrentar
cada desafío y la humildad para aceptar tu dirección, aunque a veces no la
comprenda.
Padre, te entrego mis pensamientos, mis palabras y mis
acciones. Que todo lo que haga hoy sea para honrar tu nombre. Líbrame de hablar
sin amor, de actuar sin prudencia y de pensar sin esperanza. Purifica mi
corazón de todo rencor, de toda ansiedad y de todo miedo que quiera robarme la
paz. Dame un espíritu lleno de fe, dispuesto a confiar en ti aun cuando el
camino parezca incierto.
Hoy, Señor, declaro que ninguna arma forjada contra mí
prosperará, porque tu mano me protege. Te pido que cubras mi vida, la de mis
hijos, mi familia y mis seres queridos con tu preciosa sangre. Que tu presencia
sea un escudo alrededor de nosotros y que tus ángeles acampen a nuestro
alrededor, guardándonos de todo mal, de todo peligro y de toda enfermedad.
Padre eterno, bendice mis proyectos y mi trabajo. Que todo
lo que haga produzca fruto en abundancia. Dame creatividad, sabiduría y
excelencia para desarrollar mis talentos, y que cada oportunidad que se
presente sea usada para glorificarte. Abre puertas de bendición, de provisión y
de gracia sobre mi vida, y enséñame también a ser generoso con los demás,
porque lo que recibo no es solo para mí, sino también para compartir.
Señor, en este martes quiero pedirte por quienes atraviesan
momentos de dificultad. Te ruego por los enfermos, que tu mano poderosa traiga
sanidad; por los que no tienen trabajo, que tu provisión los alcance; por los
que lloran, que tu consuelo los fortalezca; y por los que sienten soledad, que
tu amor los abrace. Úsame, Padre, como instrumento de tu paz y de tu amor, para
llevar palabras de esperanza a quienes lo necesitan.
Hoy decido confiar en tus promesas. Creo que lo que me
espera es mejor que lo que dejé atrás. Declaro que este día está lleno de
victoria, porque tú eres mi escudo y mi fortaleza. Gracias, Señor, porque no
camino solo, porque cada paso que doy está sostenido por tu amor eterno.
Señor, que al finalizar este día pueda mirar atrás y
reconocer que estuviste en cada detalle, en cada conversación, en cada
decisión. Que mi corazón descansé con la certeza de que fui guiado por ti y de
que tu gracia me sostuvo en todo momento.
Te entrego este día, Señor, confiando plenamente en tu bondad y tu fidelidad. Amén.
"Bendito sea el Señor, que cada día nos colma de beneficios; el Dios de
nuestra salvación." (Salmo 68:19).
Si esta oración tocó tu corazón, te invito a escribir en los comentarios: “Gracias, Señor, por un nuevo día” y a compartir tus peticiones para que juntos oremos. Tu comentario puede bendecir a alguien más.